La cistitis es la infección urinaria más frecuente en la mujer, ya que posiblemente afecta a todas las mujeres en algún momento de su vida y en algunas de manera repetida.
Se estima que la cistitis no complicada ocurre en el 50-80% de las mujeres. En un 30-44% de las que tienen un episodio tendrán una recurrencia en el año, a menudo dentro de los tres meses siguientes, en ocasiones con agrupación de episodios y con mayor frecuencia a medida que aumenta la edad. Por tanto, las infecciones de orina en general, y las recurrentes en particular, constituyen una auténtica pesadilla para el bienestar de muchas mujeres a lo largo de su vida.
Se considera que una mujer sufre infecciones de orina de repetición o recurrentes cuando ha tenido tres o más episodios en un año, o dos en los últimos seis meses. La mayoría de las recurrencias (78%) son ocasionadas por un mismo microorganismo (bacteria) que se llama Escherichia coli. Por ser la cistitis un cuadro común, la inercia es a tomar un antibiótico conocido sin realizar un cultivo de orina previo. Sin embargo, en caso de presentar síntomas de cistitis es recomendable hacerse un cultivo de orina previo a la toma de antibióticos porque es importante identificar la bacteria causante y su perfil de resistencias, especialmente en casos de recurrencias.
¿Pero por qué algunas mujeres sufren infecciones urinarias de repetición y otras no?
El hecho de ser mujer es un factor favorecedor de la infección de orina por razones de la anatomía del periné. La uretra femenina tiene una corta longitud, entre 3 y 5 centímetros, mucho menor que la del varón, lo que facilita la entrada de microorganismos (bacterias) a la vejiga, a través de la uretra, con mucha más facilidad.
Las relaciones sexuales en las mujeres son un elemento favorecedor de la infección urinaria por el masaje uretral favorecido en el coito y que facilita la ascensión de bacterias hasta la vejiga. El riesgo aumenta con la frecuencia coital y con la aparición de una nueva pareja sexual en sus vidas (no se sabe muy bien porque). Tras la menopausia, el papel de la actividad sexual es de menor relevancia.
Otros factores importantes son los cambios hormonales propios de la menstruación, el embarazo, el parto, el puerperio, la menopausia o el envejecimiento. En cualquiera de estos momentos se puede desencadenar una cistitis por alteraciones en el pH vaginal. En estas circunstancias la microbiota vaginal, es decir la población de lactobacilos (bacterias “buenas” y habituales de la vagina), podría verse modificada e inhabilitada para nuestra defensa frente a otras bacterias que habitan en el intestino (enterobacterias), como por ejemplo Escherichia coli.
Tras la menopausia, pueden aparecer varios factores que se asocian a una mayor predisposición a las infecciones urinarias de repetición: la incontinencia urinaria, la atrofia vaginal, la diabetes, la cirugía ginecológica previa (especialmente la histerectomía) y la presencia de prolapso de órganos pélvicos, como por ejemplo el cistocele o vejiga caída. El prolapso de órganos pélvicos puede impedir el vaciado completo de la vejiga durante la micción y este aumento del volumen de orina residual favorece el crecimiento bacteriano.
Se sabe que ciertos factores genéticos pueden estar influyendo de manera innata en muchas mujeres. De hecho, es bastante habitual que una mujer que tiene infección urinaria repetida relate como también su madre las padece con mucha frecuencia.
Determinados estados de salud comprometidos, como la diabetes, insuficiencia renal crónica, estados de inmunodepresión, tratamientos con quimioterapia o radioterapia pueden favorecer la repetición de cuadros de infección urinaria.
El uso y abuso de tratamientos antibióticos inadecuados puede favorecer la aparición de una infección de orina recurrente por alteración de la microbiota vaginal e intestinal.
En este sentido, la valoraciónde las mujeres con infecciones urinarias de repetición por parte de un médico experto en enfermedades infecciosas permite determinar la mejor aproximación terapéutica para cada caso, incluyendo el seguimiento de acciones preventivas con antibióticos de menor efecto “ecológico” sobre la microbiota o mediante abordajes más conservadores (sin antibióticos).
En cualquier caso, independientemente de cuál sea el factor favorecedor de la aparición de infecciones urinarias de repetición en una mujer, en la mayoría de los casos existen soluciones efectivas para mejorar el problema e incrementar su calidad de vida.
Por favor, no desesperen.
Dr. Roger Argelich Ibáñez
Médico especialista en Medicina Interna & Enfermedades Infecciosas
Director Médico de Clínica Sagrada Familia